Diversos estudios confirman que practicar natación desde edades tempranas conlleva múltiples beneficios.
Un deporte completo debido al gran número de músculos que intervienen. Permite ganar fuerza al realizar esfuerzos para avanzar.
Mantiene sano el sistema cardiovascular así como respiratorio prácticamente a cualquier edad. Los niños y las niñas, gracias a la natación, crecen con un corazón y unos pulmones más fuertes en parte gracias a los ejercicios respiratorios que se realizan en el agua, lo que favorece la oxigenación y que el traslado de la sangre sea más eficiente.
Regula el colesterol y previene la obesidad y afecciones como la hipertensión arterial o el sobrepeso.
Mejora el metabolismo en niños y niñas con diabetes, ya que nadar reduce el nivel de glucosa en la sangre y además aumenta la eficiencia de la insulina.
Mejora la flexibilidad y favorece la coordinación y la agilidad al tratarse de una disciplina muy técnica y global. A nivel general, mejora el desarrollo psicomotor por la libertad y continuidad de movimientos, aprendiendo conceptos básicos de desplazamiento y de distancia a una edad temprana.
La natación es una actividad física que puede ser disfrutada por personas de todas las edades, pero es especialmente beneficiosa para los niños. Además de ser divertido y emocionante, la natación ofrece una variedad de beneficios físicos, mentales y emocionales.
Beneficios físicos
Además, debido a que la natación es una actividad de bajo impacto, es menos estresante para las articulaciones y huesos de los niños que otros deportes como el fútbol o el baloncesto. Nadar también puede ayudar a mejorar la postura y la coordinación, lo que puede ser útil para prevenir lesiones.
Beneficios mentales y emocionales
La natación mejora la coordinación, el equilibrio, la flexibilidad, la agilidad, la velocidad y la fuerza muscular. Como ya hemos comentado, además previene la obesidad y baja el colesterol y aumenta la capacidad cardíaca y respiratoria. “Disminuye los niveles de glucosa en sangre debido a que el ejercicio aeróbico produce una mayor sensibilidad a la insulina. Por ello, reduce las necesidades de insulina en niños diabéticos”, explican desde la Fundación Española del Corazón. Y además, ayuda a que los niños estén más relajados y duerman mejor.
Favorece las habilidades cognitivas
Diversos estudios han demostrado una conexión entre la natación a edades tempranas y la mejora del desarrollo cognitivo. Durante los primeros 2 años de vida, ayuda a estimular los sentidos y la percepción del mundo que les rodea, despertando así capacidades como la observación. Además, cuando son pequeños, la natación favorece un mayor desarrollo de la creatividad.
Beneficios referentes a la seguridad del niño
Un contacto temprano con un medio como es el acuático, hará que tu peque comience a desarrollar de forma rápida esas habilidades de supervivencia intrínsecas de la especie humana y, además, cuando vayas a la playa o la piscina podrás estar pendiente, pero mucho más tranquilo, ya que disminuirán los riesgos de accidentes en estas.
En definitiva, llevar a cabo determinadas rutinas de natación con vuestros peques, así como mantenerlos en contacto con un medio diferente al que en situaciones normales desarrollarán su vida, como es el agua, casi desde la cuna; le reportará una gran cantidad de beneficios que les permitirá desarrollar grandes capacidades tanto físicas como sociales desde temprana edad, lo que, sin lugar a dudas, les permitirá realizarse en un futuro de manera totalmente plena.
Socialización y habilidades sociales
Nadar también puede ser una actividad familiar, lo que significa que puede ser una excelente forma de pasar tiempo de calidad juntos como familia. Aprender a nadar y participar en actividades acuáticas puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades sociales importantes, como la comunicación, la colaboración y la resolución de conflictos.
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