Una piscina en mal estado y que no funciona correctamente (limpieza, filtración, etc.) puede ser un caldo de cultivo para patógenos que pueden causar problemas en la salud. Además si no está bien regulada, incluso el cloro puede dañar los ojos y la piel. ¡Una piscina debe ser un sistema que funciona perfectamente siempre!
Enfermedades que puedes padecer si vas a una piscina en mal estado:
Conjuntivitis. El cloro que se utiliza para la desinfección, así como la exposición prolongada al sol pueden provocar conjuntivitis u otras irritaciones oculares si se abren los ojos debajo del agua.
Dermatitis. Hay más posibilidad de padecerla si el baño se prolonga mucho. Jurado señala que “puede manifestarse en forma de ronchas o habones muy pruriginosos (que causa picor), erupciones generalizadas o lesiones ampollosas a nivel de los folículos”.
El “pie de atleta”. Es una infección por hongos que suelen alojarse en el suelo y que afecta a la planta del pie. Provoca que la piel se ablande y se inflame, además de que se formen grietas dolorosas que requerirán de un tratamiento.
El agua estancada, por falta de depuración o una depuración incorrecta, hace que los mosquitos se reproduzcan con mayor facilidad y puedan transmitir enfermedades más fácilmente. Una piscina que no tenga los niveles adecuados de cloro y de pH también es peligrosa, porque podría producir otitis o infecciones a los bañistas.
Para que no pases inconvenientes al venir a la piscina ven al club de la marina Ricardo Palma, sin duda una de las mejores instalaciones con diferentes áreas para todo tipo de edades.