Cuando estimulamos nuevas emociones y las vivimos de una manera especial, nuestro cuerpo desarrolla nuevas dosis de una sustancia llamada adrenalina. Ésta nos ayuda a estar más atentos y nos envalentona. Nos aumenta el ritmo cardíaco y el ritmo respiratorio, además de dilatarnos las pupilas para que tengamos mejor visión. También nos ayuda a alcanzar sensaciones de bienestar y satisfacción. Todo esto puede desarrollar en nosotros un juego de un parque de diversiones una vez que nos integramos a él. Nuevas emociones, vértigo y sensación de inseguridad son producto de las acciones que elegimos realizar en cada juego.
¿Qué sensaciones nos ofrece una montaña rusa que la hace tan atractiva?
Las montañas rusas podrían parecer un tipo moderno de entretenimiento: cada vez se vuelven más grandes, más rápidas y más emocionantes gracias a los avances tecnológicos. Sin embargo, de hecho, surgieron a mediados del siglo XIX. Hoy en día, los parques de diversiones son un gran negocio. Muchos suelen formarse hasta ocho horas para disfrutar de una atracción que dura menos de dos minutos; sin olvidar los reportes de usuarios que sufren paros cardiacos, deformación cerebral y lesiones graves debido a choques.
El papel de la dopamina:
Las montañas rusas no son del agrado de todos. ¿Podrían las diferencias en la química del cerebro explicar los comportamientos de búsqueda sensaciones? El experimento de los saltadores del bungee sugiere que las personas con niveles más altos de endorfinas sienten niveles mayores de euforia.
Sin embargo, no existe evidencia convincente de que los niveles de endorfinas en descanso expliquen la búsqueda de sensaciones.
Por lo tanto, es probable que esos niveles sean una respuesta a la emoción más que una predicción de que disfrutamos esos juegos mecánicos.
Una revisión reciente analizó el papel de la dopamina, otra sustancia mensajera química en el cerebro que es importante para el funcionamiento de los sistemas de recompensa neurológica. La revisión encontró que los individuos que tienen niveles más altos de dopamina también obtuvieron un puntaje mayor en las mediciones del comportamiento de búsqueda de sensaciones.
A pesar de que se trata de una correlación más que de una causalidad, otro estudio encontró que tomar una sustancia llamada haloperidol, la cual suprime temporalmente los efectos de la dopamina en el cerebro, llevó a una disminución medible en el comportamiento de búsqueda de sensaciones.
Pero ¿gritar es algo que podamos controlar?
¿Aquellos que buscan emociones pueden disfrutar sin los gritos? ¿Por qué lo hacemos, si se supone que deberíamos estarnos divirtiendo?
¿Por qué gritamos?
“La idea es que los gritos se originaron como una forma de asustar a un depredador y proporcionar una pequeña posibilidad de escape”, explica el profesor Gouzoules.
Para las especies sociales, como nuestros antepasados, un grito tenía la función de ser un llamado en busca de ayuda de los familiares cercanos.
Resumen:
Desde niños lo sabemos. Toboganes y hamacas, subibajas y calesitas han sido nuestros compañeros de juegos en las plazas de nuestros pueblos. Movimientos de vaivén, subidas y bajadas, deslizamientos desde lugares altos, la impresión de estar suspendidos, ingrávidos, nos han divertido y dejado satisfechos. Nuestros primeros desafíos frente a los juegos han sido llegar a lo más alto e ir lo más rápido posible. Hayamos sabido o no qué cosas son la velocidad y la aceleración y qué ideas están detrás del movimiento, nos hemos aprovechado de ellos para divertirnos. Si quieres pasar una tarde agradable en familia o amigos en club ricardo palma de la marina de guerra en chosica encontrarás diversión asegurada. Comunícate con nosotros a los números (01) 361-4336 , 997235937 , 984608640.